El anuncio fue realizado por el viceministro de Política Criminal, Carlos Huespe, quién informó que el documento ya se encuentra terminado en su redacción y corrección, listo para ser impreso. La noticia fue lanzada entorno al curso de Alto Nivel de Derechos Humanos con énfasis en el seguimiento a las recomendaciones formuladas por el Sistema Internacional de Protección de DDHH, organizado por la Dirección General de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia.

Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de las Personas Privadas de Libertad (PPL) fueron adoptadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1955 y reformuladas por última vez en la 70° Asamblea General de ONU en diciembre de 2015. Son mejor conocidas como "Reglas Mandela", en homenaje al legado del expresidente sudafricano, Nelson Mandela, que pasó 27 años de su vida encarcelado como parte de su lucha por la igualdad, el respeto a los derechos humanos, la democracia y la promoción de una cultura de paz a nivel mundial.

"Había comentado que teníamos un anhelo nosotros, de tener las Reglas Mandela en nuestro dulce idioma guaraní, era una meta que teníamos y nos comprometimos en su momento a llevar a cabo y quiero contarles la buena noticia que ya terminamos ese trabajo", dijo Carlos Huespe, viceministro de Política Criminal.

El documento es fruto de un trabajo entre el Ministerio de Justicia y la Secretaría de Políticas Linguísticas. Servirá como legado para el sistema penitenciario y para el acervo cultural que tiene el idioma.

El 2019 fue designado por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, vía Decreto Presidencial Nº 1.075 como "Año de las Lenguas Indígenas", escenario inmejorable para lanzar el documento por parte del Ministerio de Justicia que prepara su pronta impresión para publicarlo y distribuirlo.

Los principios fundamentales de las Reglas Mandela se resumen en recomendaciones como: aplicación de forma imparcial y sin discriminación; el sistema penitenciario no deberá agravar los sufrimientos que implican la privación de la libertad y el despojo del derecho a la autodeterminación de las personas detenidas.

Además, aboga por que todos los reclusos serán tratados con el respeto que merecen su dignidad y su valor intrínseco de seres humanos; nadie será sometido a tortura ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes; se tendrán en cuenta las necesidades individuales de los reclusos, en particular las de las categorías más vulnerables en el contexto penitenciario; se deberán reducir al mínimo las diferencias entre la vida en prisión y la vida en libertad, entre otros.