
Un peculiar menú se saborea en el pabellón Libertad de la PenitenciarÃa Nacional donde Amalio Castillo González, privado de libertad hace 9 años, puso un local de parrillada con el tÃpico “asadito†paraguayo hecho de trocitos de carne vacuna, cerdo o pollo que es el deleite diario de los internos y las visitas en el penal.
Es habitual encontrar a Amalio ataviado de un delantal y gorra al borde de su parrilla donde humean “asaditos†y cortes de asado, que son esperados a vÃtores por unos 15 a 20 internos a la mesa listos para cenar. Con mucha pulcritud y amabilidad, él mismo sirve el plato con condimentos a discreción. El asadito cuesta 2.500 guaranÃes cada uno y un plato de asado, cerdo o pollo con ensalada ronda los 5.000 a 7.000 guaranÃes.
Ha tomado la mano al oficio con tal profesionalismo que también de mañana se ocupa de preparar caldos, tortillas, empanadas, marineras y ensaladas que se venden como pan caliente a diario entre sus camaradas y en los dÃas de visita, eso, sin considerar los bifes a caballo y tallarines de carne o pollo que prepara con un secreto de ingredientes para las visitas que ingresan a las privadas.
La historia de Amalio (41) está atravesada por el sufrimiento y la delincuencia. En una mirada al pasado, recuerda su dura infancia en medio de la pobreza y la muerte de su padre a los 8 años, que en forma precoz le obligó a dejar los estudios. Entonces, sobrevino hacer changas junto a su hermano y salir al alba a vender verduras y frutas hasta el mercado de abasto.
Han cambiado muchas cosas desde entonces. Castillo acepta sus errores y confiesa que lo más angustiante es que lleva dos años sin ver a sus hijas de 14 y 13 años. “Tengo dÃas buenos y malos, pero ellas son mi inspiración, por eso les ayudo con alguna platita para que tengan una mejor educación y no cometan los mismos erroresâ€, expresa el chef que se está preparando para afrontar la vida desde que se interesó por la gastronomÃa y aprendió de un experto cocinero peruano del penal.
En el penal retomó los estudios y ya cursa el 3ro. de la Media, además ya aprendió Electricidad, AlbañilerÃa y PlomerÃa dictados por el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) y EnfermerÃa de la Fundación Fe y AlegrÃa. Todos implementados en el marco de los programas de reinserción del Ministerio de Justicia.
Una vez recuperada la libertad proyecta un futuro con un negocio propio, “Asado Castilloâ€, un lugar que haga honor a la carne, el asado y la parrilla en un concepto más tranquilo de vida en San Pedro. “Me di una oportunidad de salir adelante ahora que mamá sigue con vida, sé que a pesar de su avanzada edad ella está contenta por eso. Quiero que me permitan volver a la sociedad y poder ayudar a los que no tienen ilusionesâ€, concluyó.